Saturday, July 2, 2016

40%

Este Podologo, un tipo suave, de modales amables y ganas de agradar, trabajaba con sumo cuidado, tratando de no provocar dolor y pidiéndome repetidas veces que le hiciera saber si eso ocurría.
Transcurrió el turno sin sobresaltos, y curiosamente, sin dolor alguno.
La maestría y el cuidado que demostró era un reflejo de su carácter.
Al terminar, siempre con un dejo de timidez me pregunto si hoy me tocaba hacer deporte "para que no se te salga el vendaje", me dijo. Le respondí que si, que por la tarde.
"Gimnasio?"
"No, boxeo."
"Ah, hace mucho?"
"Un tiempo".
Hablamos un poco de boxeo, del entrenamiento, que cuento tiempo uno necesita para estar en forma, lo de siempre.
Y ahí, con un poco de vergüenza me contó que no sabía saltar a la soga.
"Te vas a reír, un tipo de 50 años que no sabe saltar a la soga."
Lo mire, mientras él seguía contándome lo inútil que se sentía con su cuerpo, lo que lo frustraba no saber saltar e insistía con que me iba a reír de el, esquivandome la mirada.
"El 90% de la gente que va al gimnasio no sabe saltar a la soga" le dije y seguí: "Si salgo ahora acá a la calle con una soga a pedir a la gente que salte, la mayoría no va a saber cómo hacerlo, además, para boxear no necesitas saber saltar. Viene solo, después de un tiempo."
Su cara se relajó. Sonrío y me dijo: "No sabes lo bien que me hace que me digas esto."
Asentí con la cabeza, me dio algunos consejos para el cuidado del vendaje, nos estrechamos la mano y partí, sonriendo por haber mentido: el 50% de la gente, cuando llega al gimnasio, sabe saltar la soga.

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