Saturday, July 2, 2016

La Gran Belleza

Tengo que agarrar el F a Brooklyn
Este no me lo tomo mucho. Tengo un poco de estrés porque la reunión es importante y me da miedo pifiarle al tren. 
No sería la primera vez, por cierto! 
Está lloviendo, me meto en la estación, bajo unas escaleras infinitas y escucho una canción que de tan hermosa, me baja las revoluciones automáticamente. 
No llego a ver de dónde sale la melodía, busco un equipo de música, algún parlante, pero no: es una mujer sentada, cantando con una voz que viene de otro mundo.
Me hace el bien.
Siento un poco de pena porque ya viene el tren y sé que a esta reunión no puedo llegar tarde, entonces me acerco, le pongo un par de dólares en una latita, ella se lleva la mano al corazón y me agradece mientras sigue cantando.
Me hubiera quedado escuchándola todo el día.
Subo al F (luego sabré que en la dirección correcta) y le robo una fotito desde mi asiento. Ella sigue cantando. Otros quizás también se hayan tranquilizado con su voz.
Hay belleza oculta en los lugares más insólitos.
Ahora sé que todo va a salir bien, me lo regaló la mujer que cantaba.

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