Saturday, May 28, 2016

Viernes

El viernes es el mejor día del subte, sobre todo a la tarde.
Es como si la gente estuviera un poco borracha, ya harta de hacer caso.
Una chica come un muffin tratando de no hacer migas en el piso. Veo que es su permitido porque es flaquísima y la cara de disfrute que tiene me da ganas de arrnacarselo de un manoton y terminarlo yo.
Un hombre de casi dos metro lleva un violín colgado de su brazo y luce como de juguete.
Como se le habrá ocurrido combinar ese cuerpo tan gigante con ese instrumento tan pequeño, me pregunto.
Otro hombre lleva margaritas en una bolsa y yo me pregunto si serán para su amor.
Un uruguayo toma mate mientras mira esta película porteña y de a ratos sonríe.
Sube un flaco alto de rulos que, aún habiendo mucho espacio, se me para a cinco centímetros y escribe sus cosas mientras yo escribo las mías. Lo miro bien fijo y se da cuenta que invadió mi burbuja. Se corre.
Yo necesito seguir viendo a la chica del muffin.

Su disfrute me da paz y yo también la necesito.

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