Friday, May 20, 2016

Un pibe ciego toca una guitarra verde en el subte. Canta una canción de Rodrigo. "Fuiste lo mejor del amor", desafina, la guitarra, tambien. Esta cansado, se mueve con dificultad en el océano de gente que vuelve a su casa después de un día de trabajo, también cansados, cargando sus propias mochilas.
El tipo le mete. Termina su acto. Dos o tres lo aplaudimos. Me animo a darle un bollito de plata que le escondo en la mano. Me susurra un "gracias" que apenas escucho y me da un poco de culpa. Sigue adelante. Lo escucho cantar otra canción sobre un amor imposible en el vagón que sigue. Llegó esquivando en sus penumbras y su pesar, a esa masa de otros, a la vez obstáculos y benefactores, y me pregunto si entre tantas pruebas que la vida le impuso, le habrá tocado enamorarse, vivir algo de lo que canta con tanto sentimiento.
Y será que enamorarse siendo ciego quizás sea la forma más pura de hacerlo? Quien puede ver, nunca lo sabrá.
Pasa el poeta malhumorado, ve que el vagón ya dio lo que tenía para dar y se baja. Ya les contaré de el. Se merece un post aparte.
Yo ya llegue a mi estación, Callao.
No hay tiempo para lágrimas.
Me toca vestirme de ninja.

No comments:

Post a Comment